Mentí (dije que ya no pensaba en vos, que no tomaba más y que no hablaba más de política)


Eso de "que me devuelva el voto", con esta nota de acá arriba, es super entendible. Pero en verdad, nunca fue una frase de mi agrado la de "devolver el voto", aunque sí de la inmensa mayoría de mis amigos porteños que votaron a Pino. Lo que sucede es que en los marcos de una democracia burguesa (me puse troska, perdón, sólo para pensar un toke), en los marcos de la democracia burguesa decía, justamente el voto ES eso que licúa cada una de nuestras singularidades al delegar por un tiempo larguísimo un supuesto "poder" que, por el poder de Greiscol, de repente tienen unos pocos tipo para injerir en la realidad (piensen la cantidad de cosas nos suceden en cuatro años!) .

Y no sólo eso; el tiempo pasa a ser lo de menos si nos sinceramos todos: la mayoría de los mortales desconocemos quiénes son los nombres chiquitos e ilegibles que acompañan al destacado "candidato estrella" de cualquier boleta partidaria. Si hiciéramos un porcentaje de cuántos chabones y chaboncitas conocemos de la boleta, sería menor del que saca el PO históricamente.

Es clarito: la democracia, lo que menos es, es democrática.
Por que después hay que pensar en el clientelismo, el voto cadena, la necesidad que se compra, y los hijos de puta que especulan hasta con la leche para los pibes (e hijas de puta... se supone que es el momento de la igualdad de género...?). ¿Alguna vez vieron el "acting ao vivo" del voto cadena? Es apabullante. Te deja helado la primera vez que lo ves funcionando: un relojito de sumisión comprada, en cada tic-tac tic-tac de personas. Si el que entra, en vez de meter el sobre que "debe" meter, mete otro, el puntero se entera por que recibe cada vez un nuevo sobre firmado por el presidente de mesa... por eso Cadena. Esclavo, cadena. Perfecta ingeniería. ¿Y esta gente? ¿Cómo podría reclamar que "le devuelvan su voto"? ¿Volviéndose rica y devolviendo la poca guita que le tiraron? ¿Ó consiguiendo un laburo en blanco, pero estable, para prescindir del plan? (a propósito: ven? qué bueno que la asignación el Ley! Podría pensarse en que sea Ley un Seguro por Desempleo...?).
Así que no, olvidenló muchacho: los votos no se devuelven, como tampoco las bancas (tampoco nunca me cerró el palo a Viky Donda x su diputación; a pesar de que no banco su gestión ni la de Pino por que no me gusta votar con la derecha, y menos aún saludarla en ruralesco prediopara salir en este canal contentando a una vieja gorila). En definitiva, y volviendo a lo del voto devuelto vs. voto perdido, para madurar como pueblo en acto cívico pero también en acto de copar las calles cuando sea necesario, tenemos que aceptar que la "ferocidad" de la política es así. Cada vez que "doy" mi voto a tal o cual, empeño mi "yo" en un tipo, y varios tipos más no tan visibles quizás (tipitos que después cuentan con exageradas jubilaciones de privilegio desde temprana edad. náusea). Si doy mi voto me entrego, según las reglas del juego, calladito durante cuatro años, hasta que me toque el turno de volver a tirar los dados... perdón, de volver a "dar" mi voto.
Pero no termina ahí! Por suerte de pueblo! Por historia de pueblo! (y gracias Pocho y Eva, tmb) Existe la organización popular en sus múltiples formas para ponerle un límite a este chamuyoide de la democracia liberal. Existen variadísimas formas de protesta. Hemos sido creativos, humanidad. Existen los sindicatos también, a veces para una cosa, a veces para otra, pero existen y está bueno. Y gracias a los pueblos, existen hoy los tan nombrados "vientos de cambio en latinoamérica". Esos vientos hacen crujir, por definición, a las democracias burgue-liberales que nos mandó la Europa. Existe Chávez que ya logra enunciar con claridad y sapienza esto que cruje al interior de la democracia liberal que nunca entendió a latinoamérica. Existe siempre Cuba, llamándonos de lejos. Evo, en una escala tan distinta y tan similar a la vez! Lula, quenomeencanta, es tamién voz de esta grieta que se viene abriendo en nuestro tupido continente.

Y de Cristina qué decir... Muchas veces nos dicen "la parís de latinoamérica", y cuando uno viaja ¡se siente bien distinto a pesar de saberse bien latinoamericano! Parisino suena a luces de "sabiecito del sur" (librazo de Galasso) suena a tipos iluminados hasta que duelen los ojos por la luz del saber, del pensar... Y sin agrandarnos, por ahí es cierto lo de la parís latinoamericana: al fin y al cabo ¿no le aportamos hoy día a nuestra patria grande un cuadro más que necesario, inteligente, femenino, audaz, que sabe pensar y hacer, con entereza, con estrategia?

De ahí, pa abajo, pa´mí resulta obvio que hay que vancarla a pesar de lo que no nos guste (que por suerte va amainando!). Y hay que tener ojo, ojito y ojazo, con pretender que los cambios sean tan rápidos como ganas tiene nuestro hartazgo de siempre haber delegado a la mala democracia... (esto no es un fas-fud! paciencia che!). Así, resumen con parábola incluída: KRISTINA 2011 .-


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